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La Evidencia de La Encarnación de Dios en Jesucristo

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La Evidencia de La Encarnación de Dios en Jesucristo

La Evidencia de La Encarnación de Dios en Jesucristo

December 28, 2020 Posted by Martin Knowing the Faith

“El Cristianismo, si es falso, no tiene ninguna importancia, y si es cierto, tiene infinita importancia. La única cosa que no puede ser es moderadamente importante.”

C.S Lewis

For the English version click here.

Primero, una pregunta: ¿si el Cristianismo fuera cierto, y Jesucristo fuera realmente Dios y el único camino a la vida eterna, creerías en él y lo seguirías? Si tu respuesta es No, entonces no hay cantidad de evidencia o razonamiento que te pueda persuadir, ya que tu decisión ya ha sido tomada de antemano, sin haber examinado la evidencia. Sin embargo, si tu respuesta es Sí, entonces podemos razonar juntos.

El argumento es simple. Jesús de Nazaret es el único profeta o maestro religioso que se proclamó ser Dios. Asi que, como dijo C.S Lewis: “Jesús o fue un mentiroso, fue un lunático o es el Señor.” Además, tan solo en los últimos 100 años, los escépticos vienen diciendo que Jesús es una leyenda para asi evitar este dilema. Esto último se ha vuelto bastante popular, así que lo repasaremos primero.

Ahora, debo confesar que yo era un gran ignorante de Jesús. Solo sabía las historias que año tras año veía en la televisión cuando era niño durante la Pascua y celebraba en Navidad. Luego, cuando dejé la práctica de la fe (que básicamente era ir a Misa), esas quedaron en solo eso, historias más para niños que otra cosa.

La clave de todo es la resurrección, asi que en este ensayo sustentaré que: 1) un acontecimiento sobrenatural como lo es la resurrección al menos es posible; 2) basado en fuentes extrabíblicas, Jesús de Nazaret es un personaje histórico; 3) el Evangelio es la biografía de Jesús, es historia y no cuentos folkloricos; 4) la resurrección de Jesucristo es un hecho histórico; y 5) Jesucristo, es Dios. También discutiré las objeciones a la resurrección. Esto es bastante para tratarlo en detalle en un ensayo corto, así que hare mi mejor esfuerzo para resumirlo. Quizás leanlo por partes.

Bueno, entonces, ¿qué es lo que está en juego aquí? El apóstol San Pablo lo expresó muy bien en su carta a los Corintios:

“Y si Cristo no resucitó, nuestra predicación no tiene contenido, como tampoco la fe de ustedes… Y si Cristo no resucitó, de nada les sirve su fe: ustedes siguen en sus pecados. Y, para decirlo sin rodeos, los que se durmieron en Cristo están totalmente perdidos. Si nuestra esperanza en Cristo se termina con la vida presente, somos los más infelices de todos los hombres.”

– 1 Cor 15:14,17-19

San Pablo dice bien claro desde un principio que los Cristianos sabían que su fe se sostiene o se desploma con la resurrección de Jesucristo. Es decir, no hay Cristianismo sin la resurrección. El Cristianismo no enseña que Jesús fue solo un profeta, o un maestro iluminado, sino más bien que Jesucristo es Dios.

La resurrección no es como cualquier otro acontecimiento de la historia. La gente de esa época sabía bien, como lo sabemos nosotros ahora, que los muertos se quedan muertos. Por ejemplo: los apóstoles no creyeron a las mujeres que dijeron haber visto a Jesús resurrecto (Lc 24:11) y luego Santo Tomás dijo que no lo creería a menos que pusiera sus manos en las mismas heridas de Jesucristo (Jn 20:25). Está por demás decirlo, que obviamente de acuerdo a las leyes naturales, la resurrección es imposible, a menos que se trate de una causa sobrenatural, es decir un milagro.

¿Es posible un milagro?

Aquí es donde me ayudó haber investigado primero la existencia y la naturaleza de Dios. Si Dios no existiera, lo sobrenatural no sería posible y ese habría sido el final de mi investigación. No habría tenido que pasar más tiempo investigando sobre religión. Pero Dios existe y eso es innegable.

Como escribí en mi primera publicación, gracias al teísmo clásico aprendí que Dios por definición es ‘la existencia misma’. Es decir, la naturaleza de Dios es su misma existencia, lo que significa que su misma naturaleza es existir, por lo que es imposible que Dios no exista (este es un razonamiento metafísico que quizás es difícil de entender sin la debida explicación, la cual expuse en mi primer ensayo que por el momento solo la escribí en inglés).

Dios no solo es Creador, sino también Sostenedor de todo lo que existe a cada instante. Una analogía es que Dios es como un músico que “sostiene” la música que toca (es decir, su creación) a través de su instrumento (las leyes y fuerzas de la naturaleza). Esto en vez de la analogía de un carpintero que terminó de construir su obra y dejó de actuar. De modo que si el músico para de tocar, la música deja de sonar. Si Dios dejaría de sostener las leyes y fuerzas de la naturaleza, el universo dejaría de existir.

Un evento sobrenatural significaría que algo “por encima” o “más allá” de las leyes y fuerzas de la naturaleza ha sucedido. El único que existe más allá de éstas es Dios, quien las creó, las sostiene y tiene poder sobre ellas. Consecuentemente, Dios también puede suspender tales leyes y manipular tales fuerzas para sus propósitos.

Por lo expuesto, un milagro es posible, así que la resurrección de Jesucristo es posible. Este punto es de suma importancia porque muchos de los expertos en la Biblia son ateos o agnósticos, así que para ellos la explicación sobrenatural está descartada de antemano por lo que cualquier otra explicación de los hechos, por más improbable que sea, debe haber.

Entonces, si la resurrección es posible, la gran pregunta es: ¿sucedió o no?

El Jesús Histórico

A pesar del consenso entre los estudiosos de que Jesucristo es un personaje histórico, la afirmación de que Jesús es un mito se ha vuelto popular entre los escépticos de internet, gracias a un pequeño grupo de pseudoacadémicos, o gente como Bill Maher (película Religulous) y los medios de comunicación. Todas esas supuestas analogías con los dioses egipcios, y que Jesús es solo un mito, etcétera, son falsedades que carecen de fundamento, y que por cuestión de espacio no discutiré.

La verdad es que existen relatos históricos extrabíblicos confiables de la vida de Jesús y de Su muerte. Estos son de fuentes romanas, griegas y judías del primer siglo, tales como Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio el Joven, Luciano y Flavio Josefo. Vale la pena señalar que ninguno de estos historiadores era Cristiano y, por lo tanto, no tenía ningún interés en promover el Cristianismo. Es más, algunos incluso despreciaban a los Cristianos.

Quizás la evidencia extrabíblica más fuerte proviene de: 1) Flavio Josefo, un historiador Judío del primer siglo, que escribió las ‘Antigüedades Judías’ donde menciona la ejecución de Santiago, “el hermano de Jesús, quien es llamado Mesías”; y 2) Cornelio Tácito, un senador Romano y uno de los más grandes historiadores de la antiguedad, que escribió ‘Anales’ donde conecta a Cristo con Su crucifixion bajo Poncio Pilatos y bajo el reinado del emperador Tiberio (así como lo dice el Nuevo Testamento).

Bart Ehrman, un historiador muy respetado y autoproclamado agnóstico / ateo escribió:

“Jesús existió y esos habladores que lo niegan lo hacen no porque hayan considerado la evidencia con la mirada desapasionada del historiador, sino porque tienen alguna otra agenda a la que sirve esta negación. Desde un punto de vista desapasionado, Jesús de Nazaret existió.”

‘Did Jesus Exist? The Historical Argument for Jesus of Nazareth’

Ehrman también escribió:

“La crucificción de Jesús por los romanos es uno de los hechos más seguros que tenemos sobre su vida”.

Por lo tanto, la evidencia acerca de la vida de Jesús de Nazaret y Su muerte por crucifixión es innegable. Jesús vivió y murió crucificado; eso es un hecho histórico.

Hechos Extrabíblicos Con Respecto a Jesucristo

Enumeraré algunos hechos actuales e históricos (extrabíblicos primero) en los que todos (creyentes y escépticos) podemos estar de acuerdo. De esa manera podemos partir de un punto en común antes de abordar la cuestión crítica de la resurrección.

1. Los Cristianos existen (eso es obvio) y por lo tanto, deben haber venido de alguna parte. Me refiero a que la existencia del Cristianismo merece una explicación. La palabra cristiano significa seguidor de Cristo (Mesías en hebreo), que significa el “Ungido”.

2. En el judaísmo, se entiende como Mesías, el esperado rey ungido de Israel (un líder politico-militar), que un día traerá la redención política y espiritual del pueblo judío. Es humano y no divino.

3. El movimiento cristiano surgió a partir del judaísmo en la Palestina del primer siglo, y su líder fue Jesús de Nazaret, el Cristo (Mesías) quien murió crucificado alrededor del año 30 DC.

4. El historiador y senador romano Cornelio Tácito escribió lo siguiente:

“En consecuencia, para deshacerse de los rumores [de que Nerón había ordenado el gran incendio de Roma], Nerón culpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, quienes eran llamados cristianos por el populacho. Cristo, de quien el nombre tuvo su origen, sufrió la pena máxima durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y la superstición muy maliciosa, de este modo sofocada por el momento, de nuevo estalló no solamente en Judea, la primera fuente del mal, sino incluso en Roma.”

Anales XV.44.3

Basado en lo documentado por Tácito el movimiento cristiano (para él un mal) fue sofocado tras la crucifixión (la cual era la pena máxima) de su líder Cristo. Esto tiene todo sentido (ver punto #2 anterior) ya qué si Jesús era realmente el Mesías que muchos Judíos esperaban, el nunca debió haber sido ejecutado. Un Cristo muerto no es ningún ‘Rey Ungido’. Sin embargo, de acuerdo a Tácito, dicho movimiento luego estalló de nuevo y se expandió hasta Roma (y como sabemos hoy, al resto del mundo). Otros supuestos mesías, tales como Bar Cochba o Shabbtai Tzvi fueron rechazados tras su muerte como era de esperarse. La pregunta es ¿por qué Jesús no? ¿Qué fue lo que ocasionó que el Cristianismo resurgiera después de la muerte de su Mesías?

Acudamos a la Biblia por un momento. Según el Evangelio, Jesús murió prácticamente solo, tras la huida de sus discípulos y seguidores, con excepción de las tres Marías y San Juan. Vemos así, que el relato de Tácito coincide con el del Evangelio. El Nuevo Testamento, y particularmente el Evangelio, cuenta toda la historia, pero a pesar de ello muchos académicos (todos escépticos) dicen que es un cuento folklórico. Esto lo trataré en un momento. Por ahora, volvamos a Tácito. El resurgimiento histórico del Cristianismo (de las cenizas por así decirlo) tras la muerte de Cristo merece una explicación.

Los Testigos Presenciales de la Resurrección de Jesucristo

Imagina que tienes tres presuntos testigos de cierto hecho que estás investigando y quieres saber qué es lo que pasó. ¿Quién sería el testigo más creíble?

1. Un testigo que tiene todo que ganar y nada que perder.

2. Un testigo que no tiene nada que ganar ni nada que perder.

3. Un testigo que no tiene nada que ganar y todo que perder.

Si fueras un abogado litigante, ¿a quién querrías? Obviamente el testigo # 3. Incluso si el testigo # 1 dice la verdad, alguien podría dudar de sus motivos. Pero en el caso del testigo # 3, lo acontecido no solo debe ser cierto sino de enorme importancia para estar dispuesto a perderlo todo por la verdad.

Los primeros Cristianos fueron testigos tipo número 3. Fueron Judíos que sufrieron excomunión de las sinagogas, persecución y muerte, por proclamar lo que presenciaron. Nótese aquí que no murieron simplemente por lo que creían (como muchos lo han hecho en la historia), sino que murieron por lo que vieron. ¿Qué pudo haber sido tan grande e importante? Hasta aquí llegamos con la evidencia extrabíblica.

En resumen, tenemos dos preguntas críticas que necesitan respuesta:

1) ¿Que ocasiono que el movimiento mesiánico estallara nuevamente después de la muerte de su Mesías?

2) ¿Qué pudieron haber visto que fue tan importante que sacrificaron sus vidas por ello?

Sería fácil dejarlo ahí, y seguir como si nada hubiera pasado. Sin embargo, la respuesta podría ser, como dijo C.S Lewis, de una importancia infinita.

La respuesta la encontramos en el Nuevo Testamento, particularmente el Evangelio, que relata la vida de Jesucristo. Sin embargo, para muchos no es evidencia admisible (tampoco lo era para mi) por supuestamente estar sesgado, así que el siguiente paso es aclarar y entender que es el Evangelio.

El Nuevo Testamento (NT): ¿podemos confiar en él?

Para responder eso, debemos primero responder lo siguiente: 1) ¿Son las copias del NT que tenemos hoy una representación confiable de lo que los autores escribieron originalmente, o ha sido adulterado a través del tiempo, como algunas personas sostienen? 2) ¿Son los presuntos autores de los Evangelios realmente los autores o son estos documentos anónimos? 3) ¿Son los Evangelios biografías históricas de Jesús, o son cuentos folklóricos o fábulas fabricadas? Es imposible cubrirlo todo aquí, así que recomiendo mucho el libro ‘The Case for Jesus’ de Brant Pitre (aunque no está en español).

  • Confiabilidad y autenticidad

No existe en la actualidad ningún documento original de la Edad Antigua (4000 AC – 476 DC), solo contamos con copias. A través de la crítica textual de estas copias se puede establecer el original. Mientras más copias para su comparación, mayor precisión y confiabilidad del original. Ninguna obra cuenta con más copias que el NT, cuyo número llega a más de 5600 en el griego original.  Comparativamente con otras obras, le sigue La Ilíada de Homero con 1800 copias y de ahí el resto con menos de 350. Por ejemplo, de las obras de Aristóteles, las cuales han sido de gran influencia en la civilización occidental y aun se estudian, solo quedan alrededor de 50 copias.

Por otro lado, las copias de estos documentos fueron escritas muchísimo tiempo después del original, es decir tienen una brecha temporal grande. A menos brecha, menor la posibilidad de haber sido adulterado. Interesantemente, la obra que tiene la brecha temporal más corta de todas es el NT, cuya copia más antigua (Evangelio según San Juan) es de alrededor de 130 DC (manuscrito P52). Es decir, unos 50 años después del original. La copia completa del NT más antigua es de 350 DC (brecha < 300 años). Las demás obras tienen brechas más grandes. Por ejemplo, La Ilíada y La Historia de Roma (Livy) tienen una brecha temporal de 400 años. Las obras de Platón tienen una brecha de 1300 años.  Por lo tanto, la obra que tiene la menor posibilidad de haber sido adulterada es el Nuevo Testamento. Vean este enlace para comparar con otros documentos.

La conclusión es que el Nuevo Testamento que tenemos hoy es mucho más confiable que cualquier otro documento de la Edad Antigua.

  • Autoría

El historiador Bart Ehrman, asi como otros escépticos, afirman que los cuatro Evangelios fueron escritos por autores anónimos que no fueron testigos presenciales de la vida de Cristo, y que los nombres de los autores (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) fueron agregados a fines del segundo siglo después de Cristo. Sin embargo, tal como lo demuestra Brant Pitre en su libro, nunca se han encontrado copias anónimas de los Evangelios. No existe ni siquiera uno. Al contrario, existe una uniformidad absoluta en cuanto a los autores a quienes se atribuye cada Evangelio, incluso en las primeras copias.

Además, Pitre señala que incluso si uno de los Evangelio hubiera sido originalmente anónimo, ¿cómo hicieron los Cristianos para atribuirle de manera consistente y uniforme el mismo autor un siglo después? Tomemos en cuenta que para ese entonces los Cristianos estaban dispersos por Roma, Siria y África, así que los Evangelios y otros libros del NT ya se encontraban en las diferentes iglesias de dichos territorios. Coordinar tal exactitud y uniformidad no suena plausible, en una época en que las comunicaciones eran más precarias y la gran mayoría de personas era analfabeta.

Por otro lado, comparemos con la Carta a los Hebréos, que es el único libro anónimo de la Biblia. ¿Adivinen qué pasa cuando existe un libro verdaderamente anónimo? Permanece anónimo o resulta en diferentes copias atribuidas a diferente autor, que es exactamente lo que sucedió con Hebreos.

En conclusión, hasta ahora tenemos que: 1) el Nuevo Testamento es auténtico y confiable; y 2) los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron escritos por ellos mismos. Bueno, todo esto está muy bien, ¿pero son acaso documentos históricos? Como alguien dijo por ahí, si de acá a 2000 años alguien encuentra una copia del Hombre Araña, no quiere decir que éste de verdad existió. Así que esa es la siguiente pregunta.

  • El género de los Evangelios: ¿biografía de Jesús o cuentos folklóricos?

Las personas que no están familiarizadas con la Biblia (como era mi caso) pueden no saber que los libros de la Biblia pertenecen a diferentes géneros literarios (ley, historia, profecía, sabiduría, evangelios, cartas, etc.) y están agrupados por género. Esto es importante para comprender su contenido de acuerdo al género al que pertenecen. Por ejemplo, un libro de poesía no se puede interpretar literalmente, o un libro de ciencia ficción como si fuera historia.

Comparando con otras escrituras antiguas, el género literario de los Evangelios es consistente con las biografías greco-romanas (bios), ya que se centran en la vida y muerte de una persona en particular. Este tipo de biografías generalmente comienzan con la genealogía del personaje (como lo hace Mateo 1), no están necesariamente escritas en orden cronológico, y no cuentan absolutamente todo lo que la persona hizo o dijo.

Además, a diferencia de las biografías modernas, los escritores antiguos no estaban tan preocupados con la exactitud. Es así que existen discrepancias en detalles secundarios entre distintos narradores de un mismo hecho. Esto se ve no solo en la biografía de Jesús, sino también en otras biografías antiguas. Ninguna de estas otras biografías es considerada no-histórica por los expertos.

Por lo expuesto, el NT es evidencia histórica admisible y podemos confiar en él. La evidencia literaria indica que los Evangelios son la biografía histórica de Jesucristo. Y, como ya lo mencioné, la autenticidad y confiabilidad de los Evangelios no tiene comparación con ninguna otra biografía u obra de la antigüedad.  

Si a pesar de esta evidencia (bíblica y extrabíblica), contexto histórico y razonamiento insistimos en negar la historicidad de Jesucristo, tendríamos que ser consecuentes y desechar la historia y enseñanzas de Sócrates, Aristóteles y prácticamente todos los personajes de la antigüedad que construyeron la civilización occidental y continúan siendo fuente de estudio y aprendizaje. El hecho que a muchos académicos y gente en general no les guste la evidencia no quita la veracidad de la misma.

Finalmente, ya tenemos todo para tratar de responder las dos preguntas anteriores: ¿Qué ocasionó que el movimiento mesiánico despegara nuevamente después de la muerte de su Mesías? ¿Y por qué estos Judíos sacrificaron sus vidas para seguir a Jesucristo después de su muerte? Las respuestas tienen que ver no solo con lo que éstos vieron, sino también con ¿qué dijo Jesús sobre sí mismo?, es decir, su identidad.

La Identidad de Jesucristo

En base a la evidencia podemos concluir que Jesús es una persona histórica y no una leyenda. Ahora la gran pregunta es: ¿Quién es Jesucristo? Es más, esta misma pregunta Él se la hizo a sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?” les preguntó Jesús (Mt 16:15).”

Los Evangelios demuestran que Jesús revela su divinidad como Hijo de Dios, siendo uno mismo con Dios Padre. No solo lo revela de manera explícita en el Evangelio de San Juan, sino también de manera implícita en los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) a través de hazañas que solo Dios puede hacer. Si bien, muchos expertos de la Biblia sostienen que Jesús nunca dijo ser Dios, un estudio de la Biblia en su contexto judío del primer siglo como lo hace Brant Pitre (The Case for Jesus) demuestra lo contrario.

¿Que pensaríamos de cualquier persona que ande pregonando ser Dios?, ¿cuál sería nuestra reacción? Obviamente pensaríamos que éste tipo está loco. Como dije al principio, las palabras de C.S Lewis son precisas: “Jesús o es un mentiroso, o es un lunático o es el Señor”. Aquí cabe resaltar que, Jesús de Nazaret es la única persona en la historia que fue anunciada y cuya vida fue el cumplimiento de las profesías de las Sagradas Escrituras. Estiman que son unas 300 profesías que Jesús cumplió y Brant Pitre analiza algunas de las más significativas en ‘The Case for Jesus’. Estás serian el equivalente a su “documento de identidad” para que la gente lo reconociera a su llegada.

Recordemos que ningún maestro moral o líder religioso de la historia ha dicho sobre si mismo las cosas que Jesús se atribuye. Es por eso que C.S Lewis brillantemente lo pone así:

“Intento con esto impedir que alguien diga la absurda idea que algunos dicen acerca de Él: «Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de que era Dios». Eso es precisamente lo que no debemos decir. Un hombre que fue meramente un hombre y que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático -en el mismo nivel del hombre que dice ser un huevo escalfado- o si no sería el mismísimo demonio. Tenéis que escoger. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor. Podéis hacerle callar por necio, podéis escupirle y matarle como si fuese un demonio, o podéis caer a sus pies y llamarlo Dios y Señor. Pero no salgamos ahora con insensateces paternalistas acerca de que fue un gran maestro moral. Él no nos dejó abierta esa posibilidad. No quiso hacerlo.”

Mero Cristianismo

La pregunta clave entonces es: ¿es Jesús realmente quien dice ser?

La Evidencia de la Resurrección de Jesucristo

Como lo expuse al principio y tal como lo dice San Pablo, el Cristianismo se sostiene o se desploma con la resurrección de Cristo. Entonces para resumir, hasta ahora tenemos que: 1) la resurrección es posible; 2) Jesús de Nazaret es un personaje histórico que murió crucificado en Judea; 3) el Evangelio es la biografía de Jesucristo, es auténtico y confiable; y 4) Jesús dice ser Dios en acorde con las Sagradas Escrituras.

Sin embargo, recordemos que, como lo dice el Evangelio, y lo corrobora el historiador Cornelio Tácito, sus seguidores huyeron y lo abandonaron en la cruz, y el movimiento mesiánico se extinguió. Es lógico que para cualquier Judío seguidor de Cristo, la captura y crucifixión de Cristo, fueron más que suficientes para desmantelar cualquier creencia o esperanza de que Jesús era el Mesías y aun menos, el Hijo de Dios.

 Así que de regreso a las preguntas críticas: ¿Qué ocasionó que el movimiento mesiánico despegara nuevamente después de la muerte de su Mesías? ¿Y por qué estos Judíos sacrificaron sus vidas para seguir a Jesucristo después de su muerte? ¿Qué pudo ser tan grande e importante?

Los Evangelios nos dan la respuesta: la resurrección de Jesucristo. Pero esto es imposible, tiene que haber otra explicación ¿verdad? Al menos que Jesucristo realmente sea Dios. Es verdad que existen otras hipótesis u objeciones que los escépticos proponen y que las trataré más adelante. Principalmente: 1) los seguidores alucinaron al Cristo resurrecto; 2) fue una conspiración de los seguidores; 3) existen muchas discrepancias entre los diferentes relatos de la resurrección por lo tanto no sucedió; y 4) el poder/influencia de la Iglesia Católica.

Vayamos a la evidencia. Primeramente, la tumba donde Jesucristo fue sepultado estaba vacia (Mateo 28, Marcos 16, Lucas 24 y Juan 20). Cabe recalcar que ni los romanos, ni los lideres Judíos negaron la tumba vacía, simplemente trataron de explicar el hecho (ejemplo: que los discípulos se habían llevado el cuerpo).

 En segundo lugar, fueron muchas las apariciones de Jesucristo resurrecto en momentos distintos, incluso se apareció a 500 de sus seguidores al mismo tiempo. Y también se apareció al apóstol San Pablo, quien antes de ello era llamado Saulo de Tarso, un tenaz perseguidor de Cristianos. Es más, la conversión de San Pablo en su camino a Damasco es uno de los argumentos más importantes. Esto lo pueden leer en Mateo 28, Marcos 16, Lucas 24, Juan 20 y 21, 1 Corintios 15. Y ojo que Mateo, y Juan fueron testigos presenciales. Lo menciono porque hay escépticos que dicen que no hay documentación de los testigos presenciales.

Las Objeciones a la Resurrección

Es comprensible que la resurrección sea difícil de creer, en especial si es que no se ha estudiado la pregunta a fondo. Sin embargo, hay muchos expertos en la Biblia que niegan la resurrección. Esto es porque muchos de estos o son ateos o agnosticos, y si se tiene una visión del mundo en donde lo único que existe es lo material, es lógico que acontecimientos como la resurrección de Cristo, su nacimiento virginal y tantos otros eventos sobrenaturales descritos en la Biblia sean inconcebibles. Por lo tanto, otra explicación tendría que haber.

También hay muchos que si bien creen en Dios, tienen el concepto equivocado de Dios. Creen en un dios muy pequeño y limitado, mas no en Dios que es la existencia misma, todopoderoso, creador y sostenedor de todo lo que existe. Como la analogía del carpintero que escribí anteriormente, y lo explique con más detalle en mi primer ensayo de este blog. Incluso hay muchos Cristianos que erroneamente creen que la resurrección de Jesucristo fue únicamente su espíritu y no de carne y hueso. Es por eso que sin un buen entendimiento de quien es Dios, es difícil comprender la realidad. Analicemos las objeciones entonces:

  • Las apariciones fueron alucinaciones o visiones.

El primer problema es que según la evidencia científica las alucinaciones no son un fenómeno colectivo. Son fenómenos de la mente de un solo individuo. Realmente sería “un milagro” que tantas personas lo hayan alucinado al mismo tiempo, y también en momentos distintos. Si valoramos la ciencia y no creemos en milagros, no podríamos creer en esta hipótesis. Alguien más dice por ahí, que la visión pudo haber sido de uno solo (lo cual es posible en circunstancias de inmenso estrés emocional) y que los demás le creyeron a ese. Bueno para empezar, los que vieron a Jesucristo primero fueron mujeres. Por supuesto, nadie les creyó hasta que vieron la tumba ellos mismos o tocaron sus heridas. Los muertos, muertos se quedan, y eso lo sabían muy bien.

  • Fue una conspiración, una mentira.

Eso es lo que creyeron los romanos y líderes judios; que los discípulos se llevaron el cuerpo y lo escondieron, para así hacer creer que la resurrección que Jesucristo había anunciado se había realizado. Mi pregunta es: ¿con qué fin? La idea del Mesias e Hijo de Dios ya se desmoronaba cuando San Pedro lo negó tres veces y todos huyeron por sus vidas. El movimiento mesiánico murió con la muerte de Cristo. ¿Por qué crear una conspiración que lo único que les traería sería persecución y muerte? No tenían nada que ganar y todo que perder. Tomemos en cuenta que ninguno de los testigos presenciales se quebró ante la tortura y conto otra versión. Por otro lado, si todo es una conspiración, podrían haber inventado una más creíble quizás. Por ejemplo, las mujeres en la cultura de esa época no tenían credibilidad alguna, así que no habrían sido testigos ideales si se trataba de crear una conspiración convincente. Además, Marcos y Lucas no fueron testigos presenciales. Pudieron haber asignado estos Evangelios a cualquiera de los otros apóstoles. Dado todo esto, esta hipótesis carece de lógica.

  • Discrepancias entre los Evangelios.

Esta se ha vuelto popular entre ateos y usualmente sorprende a Cristianos que quizas no estan muy familiarizados con la Biblia. En efecto, existen discrepancias en el Evangelio con respecto a detalles secundarios sobre la resurrección. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el género literario del Evangelio es biografía greco-romana (bios). Como dije anteriormente, este tipo de discrepancias también se encuentran en otras biografías o recuentos históricos de la época. Por ejemplo, Tácito, Suetonio y Dion Casio difieren en el lugar donde se encontraba Nerón durante el gran incendio de Roma, pero esto no significa que Nerón no estuvo presente. Del mismo modo, el hecho de que hayan discrepancias en los relatos de los sobrevivientes del Titanic, no significa que el Titanic no se hundió. Es más, las discrepancias en detalles secundarios entre testigos de un determinado acontecimiento es lo que uno espera, ya que tienen diferentes perspectivas. De lo contrario lo hace más sospechoso. Así lo dice el detective de homicidios sin resolver y ex-ateo J.Warner Wallace en su libro ‘Cold Case Christianity’.

  • El poder de la Iglesia Católica.

Primero, aclaremos que el ‘Código Da Vinci’ es una obra enteramente de ficción. Lo menciono porque parece que hay algunas personas que la tomaron en serio, pero una lectura de la Biblia y de la historia bastan para darse cuenta.

Por otro lado, los escépticos, ignorando la evidencia que he presentado acá, argumentan que el Cristianismo únicamente logro propagarse después de la conversión del emperador romano Constantino en el siglo IV, tras declarar al Cristianismo la religión oficial del imperio. Y que gracias a él, la Iglesia adquirió poder y se encargó de extinguir cualquier vestigio de religiones paganas. Esta es la versión que los intelectuales europeos de los siglos XVIII y XIX, aparentemente motivados por anti-Cristianismo y en especial anti-Catolicismo, se encargaron de propagar. Así lo demuestra Rodney Stark (‘The Rise of Christianity, ‘The Triumph of Christianity’ and ‘Bearing False Witness’), quién es sociólogo de religión de la Universidad de Baylor.

Según lo investigado por Stark, cuando Constantino asumió el poder en el 312 AD ya existían unos 9 millones de Cristianos, constituyendo un 15% de la población romana. Este número aumentó a 30% en el 337 cuando murió Constantino. Sin embargo, este gran incremento no se debó al poder de la Iglesia Católica ni a la persecución de paganos. Stark documenta que Constantino fue un gran promovedor del pluralismo religioso, permitiendo la coexistencia de Cristianos y paganos, la cual se mantuvo por uno o dos siglos más. Muchos de los que el puso a cargo en su gobierno eran paganos, e incluso la moneda del imperio continuó teniendo la imagen del dios sol. La conclusión a la que él llega, es que la conversión dramática del imperio al Cristianismo se dio debido a aspectos sociológicos y doctrinales que ya van más allá del objetivo de este ensayo. Aunque la realidad de fondo como sabemos los Cristianos, es que fue, sigue y seguirá siendo obra del Espíritu Santo, como lo fue en mi caso.

El Triunfo de Jesucristo

La secta pequeña que se desprendió del judaísmo ha llegado a ser la religión más grande con 2 billones de seguidores a lo largo del mundo. Gente como yo continua convirtiéndose a Jesucristo aún 2000 años después, en especial en el Medio Oriente donde Cristianos siguen convirtiéndose al Señor a pesar de que eso los conduzca a la persecución y muerte.

Es verdad que existen otras religiones que han llegado a grandes números. Sin embargo, todas las demás religiones despegaron y se propagaron cuando sus líderes o profetas se encontraban con vida. Por ejemplo, Mahoma predicó por más de 20 años y Buddha por más de 40 años. Jesucristo solo predicó por 3 años y su movimiento se extinguió después de su muerte para luego despegar y propagarse tras su resurrección.

Jesús no solo predijo su resurrección sino también la conversión de las naciones y crecimiento de su reino. Según el Evangelio, cuando los fariseos le pidieron una señal, Jesús respondió que solo se les dará “la señal del profeta Jonás” (Mt 12:38-41). Se refería al Libro de Jonás: 1) la muerte de Jonás durante 3 días dentro de la ballena y su posterior resurrección; y 2) como consecuencia, el arrepentimiento y la conversión de los gentiles (no judíos) de Níneve. A ésto Jesús añadió: “miren, algo más grande que Jonás está aquí”.

Notemos que Jesús señaló la muerte y resurrección del profeta Jonás como una señal de su propia resurrección. El segundo aspecto de esta profecía es aún más relevante para nosotros hoy, porque ocurrió una conversión de personas muchísimo mayor. No solo se convirtió una ciudad (como en el caso de Jonás), sino que el Imperio Romano y personas de diferentes naciones del mundo hasta el día de hoy.

Conclusión

El nacimiento y expansión del Cristianismo merecen una explicación. La única explicación que satisface la evidencia extrabiblica, cumple las profesias del Antiguo Testamento, corresponde a lo documentado en el Nuevo Testamento y cumple la profecía de Jesús sobre la conversión de las naciones es la resurrección de Jesucristo.

Con toda esta evidencia solo me quedaba responder a su pregunta: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?” Notemos que Jesús no nos obliga a seguirlo, no se fuerza en nosotros.

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.”

Ap 3:20

Así que dado lo encontrado, a mi me resultó imposible darme media vuelta y seguir con mi vida como si nada hubiera pasado.

Me hizo una oferta que no pude rechazar. ¿Quién soy yo para decirle no a Dios? Es así que en noviembre del 2015, me tragué mi orgullo y decidí cambiar mi vida para seguir a Jesucristo, mi Señor y Salvador.

Espero sinceramente que este resumen de como llegué a estar convencido de la verdad le haya sido de ayuda a todo el que lo ha leído.

Como dice la Biblia:

“Santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes.”

1 Pedro 3:!5

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I'm a cancer doctor who grew up non-religious. My experience with human suffering and becoming a father challenged me to search for answers to the big questions in life, which ultimately led me to Jesus Christ and back to the Catholic Church.

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